
Eso debió de pensar la pareja de la que os hablo a continuación. Llegaron en su R1200R. Bien equipados con casco integral ella y abierto él. Cazadoras ligeras de verano, de las ventiladas.De una conocida marca italiana y dotada de todos los elementos de protección. Guantes (nada de circular sin ellos con la excusa del calor), vaqueros con kevlar y botas cortas. Éstas apenas difieren, al igual que los vaqueros, de las que se utilizan en otros ámbitos de ocio. Sus diseños conjugan modernidad, clasicismo y funcionalidad con mayor o menor acierto tomando como estética la de la ropa de calle y, en general, primando la protección sobre la estética. En definitiva vefstidos sin sentirse disfrazados.
Ella, de pasajero, portaba una pequeña mochila en su espalda. Sobre la moto una bolsa sobre depósito,. como es preceptivo si no llevamos maletas y hemos de transportar algún enser.
Encontraron entre los coches la manera de subir a la acera para aparcar. Siempre más seguro y recomendable que dejar la motocicleta entre otros vehículos, en la calzada, aunque sea una zona de parking. Se infringe seguro alguna norma pero en aceras anchas se eliminan riesgos y en según que casos molestamos poco.
De fondo el mar hacia un lado y la ladera de monte, arbolado y salpicado de alguna vivienda y un pequeño hotel, en el otro. Un pequeño sendero de escasos metros les separa de la arena de Pragueira.
Una deliciosa playa cercana a la más conocida de A Lanzada y Montalvo, próximas al Grove y a Portonovo/Sanxenxo. Algo ventosa. De arena fina. Rocosa en alguna de sus zonas, dependiendo de la marea, y recogida frente al mar. El final de la Ría de Vigo. El Atlántico. Frente a la Isla de Ons y mirando hacia ésta de frente, permite ver, a su izquierda a lo lejos, y en días claros más, Las Cíes.
De temperatura agradable permite “echar el día” en ella. Apenas un kilómetro de punta punta. Pragueira y Paia Maior forman todo una. Una se inicia donde termina la otra y viceversa. Un delicioso lugar donde pasar el día o varios, dedicados a la contemplación y el paseo. Tomar baños de sol sin sentir la pesadez del calor extremo. Acogedora. Un rincón que invita al recreo de la vista, a la tranquilidad, al descanso a disfrute compartido en pareja o en solitario. Un lugar donde descubrir los atardeceres infinitos que solo en Galicia se encuentran, en su costa, desde la Rías Baixas hasta la Costa da Morte.
Turismo de Chanclas en moto, también es posible. La bolsa sobre depósito guarda la ropa de él. La mochila para las toallas, chanclas, bañadores y demás enseres playeros. Además en ella traen nuestros protagonistas una pequeña bolsa adicional, inicialmente vacía, en la que guardar el equipo de ella. Los cascos con sus fundas, atados a la moto con un cable de acero (retirados para las fotos).
Ahí queda la R1200R esperando que caiga la noche sobre Pragueira. En ese instante tomará cobrará protagonismo. Se pondrá en marcha y les llevará dando un agradable paseo hasta Portonovo, seguramente, para cenar en el puerto.
Charlar de Nuestros Cacharros, frente al mar con la montaña a la espalda, sintiendo la brisa marina en una deliciosa playa tranquila y mejor aún en buena compañía.