…Yo viajaba en esos trenes.
En familia llegué a utilizar los Diurnos. En solitario los nocturnos. Eran pura magia. Dejar una ciudad anocheciendo y llevar a otra al amanecer. Miles de aventuras. Estudiantes y Quintos ( aquellos que iban al servicio militar) nos mezclábamos con familias y otros viajeros de todos tipo.
Compartias hombros para dormir, comida, cigarros y mil y una conversaciones. El revisor encendía la luz del compartimento de pronto al grito de : billetes!!!!cigarros ( entonces fumábamos ya demás en el propio tren) compartidos, alguna cerveza o cafés en la cafeteria del coche restaurant. Soñabas en aquellas madrugadas entre seres que empezaban siendo extraños y acababan siendo corazones viajeros. No querías que acabaran las noche nunca. Hasta ligabas jajajaja. Qué viajes!!!
Hoy el AVe de alta velocidad y otros diurnos han venido a cambiar el mundo del tren. La prisa hace años que domina todo. Auriculares, tabletas y celulares sustituyeron a los periódicos, revistas y libros de antes. Ya nadie se mira. Pocos se ayudan a colocar maletas y menos aun se hablan. Pero el traqueteo del tren mantiene la magia de llevarnos a otro tiempo en el que, al menos algunos trayectos largos ( en mi caso de la meseta al noroeste de España), eran fuente de sueños, reitero, y una aventura maravillosa. Tan maravillosa como descender en “casa” y ver las caras sonrientes y el entusiasmo de los que en el anden ( hoy en el cielo) esperaban para recibirte.
Arriba Esos Corazones Viajeros