Estás ahí en el garaje detrás de un coche o entre dos. Mirando de lado, por el bloqueo de manillar, claro. Con tu bandera italiana del Passo del Stelvio y tu escudo del vespaclub de Portugal. ¡Qué gratos recuerdos rodando por Portugal en la Iberovespa de Nazaré!. En la nariz la silueta del logo de bmwmotos.com y en el topcase el logo de la FIV. Verde y cromada.
Arrancas cada mañana, sin rechistar. Tirar del stárter a fondo, dos patadas y el prum,rum pron prum rom rum brum y un humillo blanco grisaceo sale como un borbotón de tu tubo de escape hasta que suena el plus-plof. Hora de quitar el stárter. Dar una patada, un toque de acelerador y a rodar.
Los cambios en el manillar, en el lado derecho. Una para arriba y tres para abajo hasta un total de cuatro velocidades. Con embrague manual, como está mandao. En la derecha el acelerador y la maneta de freno delantero. Como han cambiado las cosas. Aun recuerdo cuando me dijeron-el freno de adelante ni tocarlo-. Ahora luces orgullosa tu freno de disco en el tren delantero. Y un amortiguador de los nuevos.
El cuadro sencillo. Con lo indispensable, Un velocímetro, el cuentakilómetros (que marca ya 42mil y algo) un indicador de luces, de corta y de larga, los intermitentes y el indicador de la gasolina. Y luz de reserva. Se me olvidaba.
¡Como me gusta rodar contigo!
En el cofre delantero el impermeable, el pantalón de agua, el juego de luces de recambio, algunas herramientas, guantes, el pitón, los chalecos reflectantes, aceite de dos tiempos…. Si es que llevo todo.
Bajo el asiento la gasolina y el aceite. Juntos pero no revueltos. Cada uno en su depósito correspondiente. Ah y las llaves para abrir los cófanos. Que es como desnudarte cuando te los quito. En un lado la rueda de repuesto. Algo que tus nietas ya no llevan. Y la batería que lleva muerta desde el primer año, y son mas de 7. En el otro lado, el motor.Ahí apretado.
Protegidos por unas defensas cromadas para evitar arañazos y golpes, ¡que los coches con muy malos! y a veces se empeñan al vernos pasar entre ellos en aproximarse como si quisieran reprocharte algo. Pero son los menos. Pues los más te miran con simpatía.
¿Que es eso con silueta de avispa que pasa a mi lado?. Y es que la mayoría no existían ni en proyecto cuando tu ya hacia años que rodabas y rodabas. ¡Cuantas generaciones has visto pasar de enlatados distintos! Pero tu, ahí sigues. Con tu silueta rechoncha y graciosa, meneando tus curvas por Madrid adelante. Todos los días de casa al trabajo. Y encuentras a veces otras como tu en las puertas de otras empresas. Y las miras y te miran. ¡Qué coqueta!. Y de noche vuelta a casa “por lo oscuro” casi siempre, con esa luz tan tenue. Y vuelves a quedarte una noche más flanqueada por coches o por tus hermanas, en el garaje.
Sabes que Enero está cerca y entonces... tendrás tu viaje. Volverás a rodar por carretera como hacíamos antes. Subirás los puertos y te hartarás de curvas. Te rodearás de otras más grandes que te mirarán como todos los años. Te reconocerán. Saben quién eres. Tu historia. Te seguirán rumbo a nuestro lugar de encuentro y allí, aparcadas una junto a otra, celebrarán contigo el nuevo año.