Me vuelvo hacia tí. Tengo ganas de abrazarte.. Te miro a los ojos bajo tu casco. Puedo adivinar tu sonrisa como la de aquel día, años después, tras encontrarnos en un cruce de caminos.
Una voz cálida sale a mi encuentro, me da la bienvenida y se ofrece a ayudarme con el equipaje. Un escalofrío me recorre por completo. Tu imagen se ha desvanecido...
En mis auriculares sigue sonando Va Tutto Bene, de Giulia Molino...
Bajo las bolsas del panzer y camino hacia el hall del hotel...
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